lunes, 12 de agosto de 2013

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EDUCACION


La importancia de la educación de niños y adolescentes.

Sin duda, los primeros “conductores” son los padres, pero también, todos aquellos que forman parte del entorno en que se va desenvolviendo la vida de todo ser humano.
Pensar en parentalidad, por tanto, es pensar en estos guías formadores, que abren espacios para la emergencia y desarrollo de potenciales y habilidades, a través de experiencias que van construyendo identidad, personalidad, mundos internos, formas de relacionarse con la realidad y el entorno, creatividad, estima de sí, disciplina, y en una frase: La forma particular de ser en el mundo.
En los procesos de vida, se van sumando otros guías formadores que siguen abriendo espacios de crecimiento, desarrollo y expansión hasta    llegar a la adultez, momento en que se convertirá a su vez, en un formador.
Quiénes rodean al niño desde el inicio de su vida, durante su tránsito hasta la vida adulta, son en todo caso siempre, una influencia que puede promover u obstaculizar su desarrollo hacia la expresión plena de sí.
El ejercicio de la parentalidad implica por tanto, tener en primer lugar consciencia del impacto que se tiene en la posibilidad vital de ese ser en desarrollo, y a partir de ahí, reconocer que a mayor conocimiento de los procesos, momentos y oportunidades de integración y habilitación de capacidades, mejor resultado habrá tenido tal acompañamiento.

FINANZAS



       
GLOSARIO PARA LOS NIÑOS
  Economizar: Buscar maneras de gastar menos dinero.
  • Ahorros: Dinero que se guarda para utilizar más tarde.
  • Ingresos: Dinero que una persona recibe. Puede ser como regalo o a cambio de trabajar.
  • Deuda: Dinero que una persona debe a otra. Es decir, dinero que una persona tiene prometido pagar a otra.
  • Saldo: El dinero total que hay en la cuenta.
  • Presupuesto: Un plan para ganar, gastar y ahorrar dinero.
  • Ahorrar: No gastar todo el dinero que se tiene, sino guardar un poco para poder utilizarlo más adelante.
  • Gastos: Dinero que una persona tiene que pagar para comprar cosas.
  • Banco: Un lugar seguro para guardar el dinero para no perderlo.

LECTURA PARA LOS PADRES.

Los buenos hábitos financieros deben comenzar a fomentarse desde tempana edad a fin de que los niños se acostumbren a manejar su dinero adecuadamente.
Esos cimientos financieros les ayudarán a mantener una buena relación con su billetera cuanto sean grandes.
Una vez que has decidido hablar con tus niños sobre finanzas personales surgen de inmediato las preguntas: ¿cómo debo hacerlo? y ¿por dónde empiezo?
REVISA ESTAS  RECOMENDACIONES:
*Hay que enseñarles la diferencia entre necesidades y deseos, así establecerán límites entre aquello que realmente necesitan y lo que desean comprar.
*Que conozcan el valor y el precio de las cosas. Por ejemplo, en el supermercado es oportuno poner ejemplos y  comprar precios y márgenes de ahorro al comprar un producto.
*Si acostumbras darles a tus hijos dinero semanalmente comparte con ellos ideas para aprender a ahorrarlo y administrarlo.
*La mesada es un buen instrumento para fomentar el ahorro, enséñales a ser pacientes para el logro de sus objetivos financieros y a tener control sobre los gastos.
*Si les pides que ayuden en actividades en el hogar y les remuneras por ello, procura no darles demasiado, pues convertirán sus obligaciones domésticas en negocio.
*Evita darles "préstamos" constantemente porque reforzarán la creencia de que los padres tienen acceso a cantidades ilimitadas de dinero.
*Si les das dinero para comprar dulces o desayuno en la escuela, sugiéreles comparar precios y calcular cuántos y cuáles caramelos pueden comprar por un mismo precio.
*Los niños aprenden más con el ejemplo de los padres, por lo que es recomendable que realices un buen manejo de las propias finanzas personales y los hagas partícipes.
*Es fundamental crear una buena comunicación con ellos, platica sobre sus inquietudes, gustos, desagrados y problemas, así crearás un lazo de confianza que les ayudará en su autoestima y propia seguridad.
*Si tus hijos son adolescentes, ellos podrán fijarse metas y establecerse planes de ahorro, además de manejar más responsablemente sus ingresos en un futuro.
MANEJO DEL HOGAR COMO UNA EMPRESA?
no es muy diferente a manejar las de una empresa. Ambos requieren metas a largo plazo y planes estructurados para conseguirlas, En entrevista con la revista Dinero Inteligente de diciembre 2012, Ávalos cuenta cómo es el puente que hay de la casa a la empresa en el área financiera y enseña cómo le hace ella en ambos escenarios: 
¿Qué has llevado de la estrategia financiera de la empresa a la administración de la casa?
En la familia, como en la empresa, debes tener una visión de tu horizonte de planeación. Saber qué pretendes alcanzar en el largo plazo. No tiene que ser numérico, por ejemplo: quiero vivir con independencia y no depender de los hijos; formar una familia bien educada o capaz de tener un negocio propio.
Y de ahí, igual que en la empresa, establecemos prioridades [...]. Definimos el presupuesto familiar, igual que en la empresa, por renglón. Sabemos cuánto queremos gastar en hipoteca, en el carro, en el ahorro -que es un renglón de erogación- y establecemos el objetivo mínimo de ingresos.

Y de tu vida familiar, ¿has llevado ideas al área financiera de la empresa?
Yo hago las compras de la casa y me interesa ver cuánto cuesta el tomate. Muchos directores financieros hombres no van al súper y no saben cuánto cuesta el kilo de tortilla o el de huevo, y por eso es muy difícil entrar al terreno de lo concreto. A mí me ha ayudado hacer este trabajo minucioso en el hogar y lo traigo a la empresa, porque me gusta ver renglón por renglón: cuánto se gasta la empresa en sueldos, en luz, en boletos de avión.
Otro tema que me he traído de la casa a la empresa es el consejo de mi abuela  Si se le acababa el dinero de una bolsa, no usaba de la otra. Eso en el fondo es un cajón presupuestal. Cuando debo hacerlos en la empresa, me queda muy claro que no es correcto sacar de uno para el otro, porque pierdes control.

Una educación para el futuro

  • La falta de una educación financiera perjudica las posibilidades futuras de su hijo.
La paternidad es quizá la responsabilidad más grande que existe. La educación que proporcionamos a nuestros hijos determina qué tipo de personas serán de mayores. Los padres responsables preparan a sus hijos para que sean adultos productivos e independientes, con confianza en sí mismos, respeto a los demás y con la oportunidad de alcanzar sus sueños. Es decir, para que sean felices.

Para ello, aparte de ofrecerles la mejor formación posible, les enseñan multitud de habilidades y les imponen cierta disciplina para que desarrollen buenos hábitos. Por desgracia, muchos padres olvidan (o no saben) enseñar a sus hijos la importancia de gestionar, ahorrar e invertir su dinero. La falta de una sólida educación financiera perjudica el desarrollo y las posibilidades futuras de cualquier persona, ya que las decisiones financieras que toma condicionarán su vida.
La responsabilidad financiera es una parte crítica de la educación y, al igual que otros importantes hábitos y actitudes como la cortesía, el orden y los hábitos de estudio, se adquiere desde edad muy temprana.
¿Qué pueden hacer los padres para que sus hijos adquieran responsabilidad financiera?
¿Cómo enseñar a los niños "el valor del dinero"?
¿Cómo minimizar el "cómprame esto"?

Lección 1: Dar buen ejemplo
 

Los hijos suelen seguir el ejemplo de sus padres más que sus consejos. Si usted es gastador y vive al día, es difícil que su hijo sea distinto. Ponga en práctica las lecciones sobre el presupuesto personal, el ahorro y el control sobre los gastos y sobre el endeudamiento del bloque "Cómo llegar al fin de mes".
Enséñeles con el ejemplo que no hay que comprar de forma compulsiva, sino estableciendo prioridades para distinguir entre lo necesario y lo deseado, comparando precios y ahorrando en vez de tirar de la tarjeta. Es importante que vean que a veces hay que esperar para poder adquirir lo que se quiere. Involucre a sus hijos, sobre todo a los adolescentes, en la planificación del presupuesto familiar, para que entiendan los objetivos financieros de la familia (comprar un coche nuevo, ir de vacaciones, pagar los estudios…). Explíqueles también cualquier estrategia de inversión y ahorro que pueda tener.
 

Lección 2: Hablar con su hijo sobre el dinero

Si pregunta a muchos niños “¿de dónde viene el dinero?”, responderán “de los cajeros automáticos”. Nos acompañan a sacar el dinero y ven que si se pulsan unos botones salen billetes que sirven para comprar cosas. Cuando piden que se les compre algún capricho y decimos que no, porque no hay dinero, su pensamiento lógico es “pues vuelve al cajero a buscar más”. Ante una negativa, pensarán que somos unos malvados y cogerán una rabieta. La magia de las tarjetas es un concepto todavía más difícil de comprender.
Los niños no pueden aprender el valor del dinero si nadie se lo enseña. Normalmente, con 5 ó 6 años, ya son capaces de comprender conceptos financieros básicos. Aprovechemos las ocasiones para explicarles:
  • Que mamá y papá tienen que trabajar muchas horas para ganar dinero.
  • Que cuando nos pagan, dejamos el dinero en un banco para que nos lo guarde.
  • Que ese dinero es necesario para pagar cosas importantes como la casa, el coche, la gasolina, la comida, el colegio, la ropa, la electricidad, el teléfono…
  • Que sólo podemos sacar del banco o del cajero el dinero que allí hemos dejado. Cada vez que sacamos dinero, nos queda menos en el banco.
  • Que cada vez que se compra algo con la tarjeta de crédito, también se gasta el dinero guardado en el banco.
  • Que si se gasta todo ya no queda más.
  • Que siempre hay que ahorrar un poco para poder comprar cosas especiales como los regalos o las vacaciones o para emergencias.
  • Que tener más dinero no hace que una persona sea mejor que otra, pero sí permite tener más oportunidades.
Mujer con su hijo en un supermercado observando un producto

Algunos ejemplos de ocasiones para hablar con los hijos sobre el dinero:
  • Al sacar dinero del cajero o de la sucursal.
  • Al pagar una compra, con dinero en efectivo o con la tarjeta de crédito.
  • Cuando compara precios de productos en el supermercado.
  • Cuando escribe un talón para pagar una factura.
  • Cuando revisa los extractos del banco.
  • Cuando va al banco para hacer un ingreso o cualquier otra gestión.
  • Cuando planea las vacaciones.
  • Cuando repasa el presupuesto familiar.
  • Si cambia de proveedor de Internet o teléfono por una oferta mejor.

Lección 3: La paga

Algunos padres tienen la costumbre de dar un dinero semanal a sus hijos: La paga. Por lo general, la paga es la primera experiencia de un niño con la independencia financiera. Se trata de una herramienta inmejorable para educar sobre la importancia del presupuesto personal. Tenga en cuenta que las actitudes y hábitos de gasto que desarrolla ahora con su primer dinerito serán difíciles de cambiar más adelante. Es muy importante establecer unas reglas básicas para que la lección aprendida sea la adecuada.
La base de la paga es, por supuesto, criterio de los padres. Algunas familias dan una cantidad semanal o mensual y otras pagan por tareas realizadas o por recibir buenas notas. Pero recuerde que el objetivo de la paga debería ser enseñar a su hijo la importancia de gestionar bien su dinero, y no simplemente premiar o castigar comportamientos. No querrá que su hijo sólo limpie su cuarto o estudie cuando necesita dinero, ni que extienda la mano cada vez que se le pida colaborar en las labores domésticas. Una opción aconsejada por los expertos es dar una cantidad base semanal (mejor que mensual), con la posibilidad de ganar algo extra por hacer ciertos trabajos adicionales. Así aprenderá a planificar teniendo unos ingresos regulares y además conocerá el valor de un trabajo bien hecho.
La paga no tiene por qué representar un gasto adicional para los padres. No se trata simplemente de repartir dinero, sino de transferir a sus hijos la responsabilidad de pagar ciertas cosas. Es decir, en vez de tener que comprarle golosinas cuando le acompaña a hacer la compra, será él quien tenga que pagarlas con su dinero.

En cuanto a la cuantía, también depende de la situación y posibilidades de la familia, pero es importante recordar que la paga ha de servir para que los niños aprendan:
  • Que el dinero no es ilimitado. Sólo se dispone de una cierta cantidad.
  • Que no se puede comprar todo lo que se quiere: hace falta priorizar y luego ahorrar para logar un objetivo.
  • Que cuesta ahorrar.
  • La diferencia entre necesidades y deseos.
Dar demasiado dinero sólo fomentará actitudes y malos hábitos de gasto que podrían perjudicar a su hijo el resto de su vida. Recuerde que, si se hace bien, se trata de dinero que probablemente tendría usted que gastar de todas formas.
Para estimar una cantidad, haga una lista de algunos de los gastos discrecionales habituales de su hijo (que ahora paga usted). Decida de qué gastos quiere que se responsabilice su hijo. Según su edad y madurez, estos podrían ser chucherías, cómics, juguetes, DVD, helados y refrescos, entradas para ir al cine, material escolar y deportivo, ropa, el abono de trasporte y el teléfono móvil. La paga debe cubrir los gastos que quiere que pague su hijo más algo para que pueda ahorrar o comprar otras cosas. Puede empezar con poquito dinero, suficiente para cubrir uno o dos conceptos y luego subir la paga a medida que coja confianza y se responsabilice de más gastos. No olvide aumentar la cantidad cada año para compensar el incremento del coste de la vida.
Explique a su hijo por qué se le está pagando, cuánto recibirá y qué responsabilidad tendrá con respecto al dinero recibido. Es el momento de explicarle cómo funciona un presupuesto personal. Sus ingresos son el importe de la paga más otras posibles entradas de dinero que recibe por trabajos realizados y regalos. Su hijo debe presupuestar la cantidad que va a gastar por semana en cada concepto, y por último, calcular la cantidad que le quedará para gastar en otras cosas y para ahorrar. Luego, tiene que ponerlo en práctica y aprender a autocontrolarse.
El reto para los padres siempre es proteger a sus hijos para que no se hagan daño, pero también dejarles suficiente libertad para que aprendan de sus errores. Al principio, su hijo necesitará un poco de ayuda para aprender a administrar su dinero. Quizá sea necesario recordarle cuánto le queda y darle consejos sobre cómo economizar para ahorrar un poco. Pero si gasta toda la paga semanal el primer día y pide más, hay que ser firmes y decirle que no. De lo contrario, la lección aprendida será que eso del presupuesto no tiene importancia, que se puede gastar lo que se quiera, que no pasa nada… Cuanto antes aprenda a ser responsable con su dinero, más fácil será su vida.
Si ve dos cosas que quiere comprar y sólo le llega el dinero para comprar una, tendrá que aprender a decidir cuál de las dos es más importante.
El objetivo de la paga es enseñar a su hijo a ser responsable y gestionar bien su dinero.
Tampoco conviene caer en la trampa de adelantarle dinero cada vez que quiere comprar algo y no le llega la paga. Eso fomenta un comportamiento de “comprar ahora y pagar después”, que es la raíz de problemas de endeudamiento de muchos adultos. Si decide prestarle, póngalo por escrito, fije un plazo de tiempo para que pague la deuda y asegúrese de cobrarlo. Es preferible regalar el dinero que enseñar que no pasa nada si no devuelve un dinero prestado.

Lección 4: Fomentar el ahorro

Uno de los regalos más importantes que un padre puede hacer a su hijo es inculcarle la importancia de convertir el ahorro sistemático en parte de su vida. Pero en vez de obligarle a ahorrar el dinero que recibe, puede ser más eficaz esperar a que se encapriche por algo (normalmente no tendrá que esperar mucho) y aprovechar la oportunidad para explicarle que puede comprarlo con su propio dinero, y que le ayudará a hacerlo. El proceso tiene estos pasos:
Tres iconos: calculadora, hucha y un carrito de una compra.
  1. Planificar
  2. Economizar y ahorrar
  3. Comprar cosas.

Su hijo tendrá más incentivos para ahorrar si le permite que establezca sus propias prioridades, dentro de lo razonable. Ayúdele a ponerlo por escrito, y si se trata de un niño pequeño coloque en un lugar visible una foto o dibujo de la cosa que quiere comprar. Ayúdele también a calcular cuánto tiene que ahorrar y cuánto tiempo necesitará si ahorra un porcentaje de su paga (cuanto más ahorre, menos tiempo tardará).

Las primeras veces que su hijo se plantea ahorrar para comprarse algo, es fundamental que la experiencia sea positiva y que vea recompensado su esfuerzo. Se trata de fomentar el hábito del ahorro.
Los niños muy pequeños necesitan comprobar físicamente cómo crecen sus ahorros y se acercan a su objetivo. Por ejemplo, una hucha transparente permite ver el contenido. También se podría pintar en un papel un gráfico cuyas barras irán creciendo según se acercan a su objetivo.
Conviene que los primeros objetivos sean fácilmente alcanzables en dos o tres semanas como máximo. Luego, a medida que su hijo crezca, podrá fijarse plazos más largos de ahorro para adquirir objetos más costosos. Para echarle una mano y evitar que se frustre, ofrézcale la posibilidad de realizar pequeños trabajos para ganarse un dinero extra. También puede pagarle un interés: por ejemplo, por cada 10 euros que mantenga en la hucha, déle 50 céntimos o un euro de más. Si está ahorrando para poder comprar algo importante, podría incluso ofrecerse a contribuir con la misma cantidad que él ahorre (por ejemplo, si está ahorrando para una bicicleta y llega a tener 50 euros, añádale otros 50 para animarle).
Niña sujetando un billete de 20 euros.

Fijarse un objetivo, hacer sacrificios y ahorrar parte de la paga, ver cómo crecen sus ahorros y al final conseguir comprar el producto anhelado con su propio dinero es una experiencia muy beneficiosa para la autoestima de un niño. Es también una excelente forma de aprender a priorizar, distinguiendo entre las cosas que realmente son importantes y aquellas de las que se puede prescindir.


La primera cuenta bancaria.

Ha llegado el momento en que se puede pasar de la hucha a la primera cuenta bancaria.
La mayoría de las entidades de crédito comercializa libretas de ahorro y otros productos diseñados especialmente para niños y jóvenes. Muchas ofrecen incentivos añadidos como actividades, sorteos y regalos, desde cromos hasta videojuegos.
Las libretas de ahorro infantiles se caracterizan normalmente por:
  • Liquidez total. Es decir, uno puede ingresar y retirar dinero libremente.
  • Ausencia de gastos y comisiones.
  • Remuneración baja: El tipo de interés que abonan es muy pequeño.
  • Los titulares pueden ser desde recién nacidos hasta una edad límite en torno a los 25 años.

No se trata de un producto especialmente rentable, ni aporta ventaja fiscal alguna, pero sí cumple el importante objetivo didáctico de enseñar a ahorrar. Algunas entidades ofrecen un poco más de rentabilidad, pero establecen a cambio la obligación de ingresar cada año una cantidad mínima.
Niña firmando la apertura de una cuenta.


Si abre una cuenta para su hijo, dé importancia al acontecimiento y conviértalo en una ocasión especial. Tiene mucho más valor educativo acompañarle a la oficina que simplemente entregarle una cartilla como regalo. Si tiene confianza con algún empleado de la sucursal, coménteselo antes y busque un día y hora en que podrá atenderle personalmente. Si alguien sale a recibirle, le da la mano y le trata como cliente, será una experiencia que no olvidará y otorgará más importancia a la gestión de sus finanzas. Y no deje de animarle para que siga realizando ingresos de forma regular.
En la mayoría de las libretas infantiles no se pueden domiciliar pagos, ya que son productos para ahorrar. Sin embargo, algunas entidades ofrecen otros modelos de cartilla que, según la edad, se asemejan más a cuentas corrientes, con algunas domiciliaciones y la entrega de tarjetas de débito para jóvenes y hasta tarjetas de crédito para los más mayores. Pero es importantísimo que demuestren ser responsables con sus ingresos y gastos antes de plantearse la posibilidad de una tarjeta.
En los últimos años se ha ampliado la oferta de productos bancarios para niños, más allá de la libreta infantil. Ahora existen planes de ahorro infantil y otras opciones que combinan el ahorro con un seguro de vida, en el que el titular es el padre y el beneficiario, el hijo.


Lección 5: Enseñarles a ser consumidores inteligentes


Los medios de comunicación nos bombardean cada día con una cantidad ingente de mensajes publicitarios. Los niños son especialmente impresionables por estos mensajes y necesitan, por su propio bien, desarrollar una capacidad de análisis crítico.
  • Los niños muy pequeños ni siquiera distinguen los anuncios de los programas de televisión. Vea con ellos sus programas favoritos y jueguen a decir ¡anuncio! cuando estos se emiten.
  • Explíqueles que la función de la publicidad es convencernos para comprar un determinado producto, pero que sólo nos cuentan sus características positivas y no las negativas. Hágales ver que a veces ni siquiera es verdad todo lo que dicen. Como actividad, pida a su hijo que invente un anuncio sobre algún producto que conozca, pero no le guste mucho, intentando destacar sus cualidades.
  • Cuando estén en una tienda, compare los productos reales con sus anuncios. Pregúntele qué diferencias nota y cuál es más atractivo, el anuncio o la realidad.
  • Cuando se va de compras, enséñele a comparar dos productos por su precio, tamaño y calidad. Explíquele por qué uno resulta mejor compra que el otro.

FAMILIA


¿Qué es la familia?

"La familia es un regalo hermoso que cada persona posee, es donde se comparten sentimientos de amor y de paz, porque todos unidos formamos una familia."
La familia es la base de la sociedad y en ella se pretende formar hombres y mujeres de bien con principios y valores

Entendemos por familia al grupo primario del ser humano. Esto es así ya que la familia actúa como el primer grupo de personas con las cuales el ser humano que nace entra en contacto. La familia es el grupo responsable de cuidar y proteger al bebé pero también de integrarlo al mundo y de hacer que, a través de la enseñanza de prácticas, reglas y pautas de convivencia, pueda adaptarse exitosamente a las necesidades de la sociedad.

La composición de la familia varía de sociedad en sociedad, de país en país, de región en región, pudiendo en algunos casos ser muy numerosa y en muchos otros limitarse solamente a los integrantes centrales o nucleares: padre, madre e hijos. Convencionalmente se entiende por familiares secundarios a los tíos, primos, abuelos y sobrinos. Luego, también podemos mencionar a la familia política, es decir aquella que se establece en base a relaciones no sanguíneas: cuñado, nuera, suegros, yerno, ahijados, etc.

La importancia de la familia estriba principalmente en dos pilares fundamentales para la existencia del ser humano: por un lado, la familia brinda al recién nacido protección, cuidado y cariño, enseñándole a través de esas cosas reglas de comportamiento, dónde está el peligro, qué cosas no se deben hacer, cómo ser sano, cómo ser saludable, qué significa cada sensación, etc. Esto es así ya que un bebé (de cualquier tipo, no sólo humano) al ser abandonado sin ningún tipo de cuidado o protección de posibles peligros no podría sobrevivir por sí solo. Para los seres humanos, el cuidado y la protección de los padres es necesaria hasta la edad de la adultez, momento en el cual se entiende que la persona ya puede valerse y cuidarse por sí misma (en términos de edad, la adultez varía de país en país pero se suele establecer alrededor de los 16 a 18 años).

Pero otro de los factores más importantes de la familia, especialmente de la humana, es la posibilidad de establecer una comunicación con otros seres, fenómeno que le permitirá a uno luego adaptarse a la sociedad en la que viven otros individuos. Se estima usualmente que al recién nacido suele llevarle un tiempo comprender que la madre es un ser distinto a él mismo y allí es donde cumple un rol fundamental el padre, separándolos pero también permitiéndole al bebé comprender lentamente que es parte de algo mayor que sí mismo.


Cuento

Cuentos con valores similares

El pequeño jardín junto a la escalera
Las arrugas
Cuento de Navidad, de Charles Dickens

Amanda estaba emocionadísima. Habían tenido que esperar muchos días, pero por fin, aquella noche nacerían las tortuguitas en la playa ¡y su papá le iba a llevar a verlas!
 Se levantaron cuando aún era de noche, tomaron las linternas, y fueron a la playa con mucho cuidado. Su padre le había hecho prometer que respetaría a las tortugas bebé, y que no haría ruido y obedecería al momento, y ella estaba dispuesta casi a cumplir cualquier cosa con tal de poder ver cómo nacían las tortugas. No sabía muy bien cómo sería aquello, pero había oido a su hermano mayor, que las tortugas nacían en la playa a pocos metros del agua, y luego corrían hacia el mar; y todo eso le pareció muy emocionante.
 Agazapados y sin hacer ruido, sólo con la pequeña luz de una linterna muy suave, estuvieron esperando. Amanda miraba a todas partes, esperando ver a la tortuga mamá, y casi se pierde la aparición de la primera tortuguita. ¡Era tan chiquitina! Se movía muy torpemente, se notaba que era un bebé, pero sin esperar ni a sus hermanos ni a la tortuga mamá comenzó a correr hacia el mar. Enseguida aparecieron más y más tortuguitas, y todas comenzaron a correr hacia la orilla.
 Ellos seguían escondidos y quietos, observando el bello espectáculo de aquella carrera loca. Pero enseguida ocurrió algo que a Amanda le pareció horrible: llegaron algunas gaviotas y otras aves, y comenzaron a comerse algunas de las tortuguitas. Amanda seguía buscando por todas partes para ver si aparecía el papá tortuga y les daba una buena zurra a aquellos pajarracos, pero no apareció por ningún sitio. La niña siguió observando todo con una lagrimita en los ojos, y cuando por fin las primeras tortuguitas llegaron al agua y se pusieron a salvo de los pájaros, dió un gritito de alegría. Aunque los pajaros comieron bastantes tortuguitas, finalmente otras muchas consiguieron llegar a la orilla, lo que hizo muy feliz a Amanda.
 Cuando volvían a casa, su papá, que había visto la lagrimita de Amanda, le explicó que las tortugas nacían así; mamá tortuga ponía muchos huevos, escondiéndolos en la arena, y luego se marchaba; y cuando nacían las tortuguitas debían tratar de llegar a la orilla por sus propios medios. Por eso nacían tantas, porque muchas se las comían otros animales, y no sólo en la arena, sino también en el agua. Y le explicó que las pocas que conseguían ser mayores, luego vivían muchísimos años.
 Amanda se alegró mucho de aprender tanto sobre las tortugas, pero mientras volvía a casa, sólo podía pensar en lo contenta que estaba de tener una familia, y de que sus papás y sus hermanos la hubieran ayudado y cuidado tanto desde pequeñita.

DIOS


Por qué es importante evangelizar a los niños?



¡Yo soy importante!
¿Por qué debemos preocuparnos por los niños? ¿Solamente para que no hagan bulla durante las reuniones de la iglesia? - Si estudiamos detenidamente la Biblia, encontramos que para Dios los niños son importantes. El tiene un propósito especial para ellos. Como padres, y como ayudantes de padres en la educación de los niños, tenemos el gran privilegio de ayudarles para que descubran y realicen este propósito de Dios para ellos.
Les daré cuatro razones por qué los niños necesitan escuchar el evangelio:
1. Porque Dios lo manda.
2. Porque los niños necesitan la Salvación.
3. Porque los niños tienen promesas de Dios.
4. Porque es la mejor estrategia.

1. Porque Dios lo manda.

"Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de Dios." (Marcos 10:14)
El mismo Señor Jesucristo nos manda que dejemos venir a los niños a El. Para nosotros, esto significa obviamente que debemos dar a los niños todas las ayudas posibles para que ellos conozcan personalmente al Señor Jesucristo.
"Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón, y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes." (Deuteronomio 6:6-7)

Esta no es solamente una buena sugerencia o una opción entre muchas. ¡ES UN MANDATO DE DIOS! Si no enseñamos a los niños la Palabra de Dios, somos nada menos que desobedientes a Su mandamiento.
(Notamos que este mandamiento se dirige a los PADRES, para que enseñen a sus HIJOS.)

"Id por todo el mundo y anunciad el Evangelio a toda criatura." (Marcos 16:15)
El Señor no mandó a Sus discípulos anunciar el evangelio solamente a los adultos, sino a todos los seres humanos. Entonces, este mandato incluye tanto a niños como a adultos.

2. Porque los niños necesitan la Salvación.

Algunos cristianos piensan que no es necesario evangelizar a los niños: "No lo pueden comprender todavía." - "Que maduren primero." - Pero no debemos dejarnos guiar por nuestra opinión, sino por la Palabra de Dios.

Que un niño se convierta, es posible.
Lea Mateo 18:6. Jesús habla de "los p_______________ que creen en mí".
Lea Juan 1:12. ¿Se indica algún límite de edad para poder recibir al Señor? ___

Que un niño se convierta, es necesario para su salvación.
"He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre." (Salmo 51:5)
Este versículo lo hace bien claro que cada ser humano, desde el principio de su vida, vive en el pecado, lo que significa, separado de Dios. Por tanto, ¡necesitan desesperadamente la Salvación que Jesucristo nos ofrece! Nunca es demasiado temprano para que escuchen el Evangelio, pero sí puede llegar el día cuando sea demasiado tarde.
"... por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios." (Romanos 3:23)
A algunos les gustaría cambiar este versículo y decir: "...por cuanto todos los mayores de doce años pecaron..." Pero la Palabra de Dios no pone ningún límite de edad. Esto confirma la enseñanza de Salmos 51:5, lo que leímos arriba.

Lea Mateo 18:11-14. ¿Con qué se compara la oveja perdida? - Con un n_______.
Si el Señor dice en el v.14 que "no es la voluntad del Padre que se pierda uno de estos pequeños", obviamente lo dice para advertirnos de que los niños pueden perderse. ¡Por esta razón es tan importante "buscarlos" y darles la oportunidad de regresar al Buen Pastor! Esta es la enseñanza implícita de esta parábola.

A veces se utiliza el versículo con el cual empezamos esta enseñanza, para contradecir esta verdad: "... porque de los tales es el Reino de Dios." (Marcos 10:14) - entonces los niños ya son automáticamente salvos, dicen. ¡Pero esto no es lo que dice! Jesús dice aquí que el Reino de Dios está preparado para los niños, está esperándolos, pero TODAVÍA TIENEN QUE RECIBIRLO. Esto vemos claramente en el versículo que sigue: "De cierto os digo, que el que no RECIBA el Reino de Dios como un niño, no entrará en él." (Marcos 10:15) Afortunadamente es fácil para un niño recibir el Reino de Dios, tan fácil que el Señor utiliza aquí la conversión de un niño como ejemplo para nosotros los adultos.

Que un niño se convierta, es fácil.
Lea Marcos 10:15. Los adultos deben seguir el ejemplo de un n______ al convertirse.

Un niño todavía no tiene tantas objeciones como los adultos: "Pero no quiero cambiar de religión." - "Pero ya tengo demasiados pecados." - "¿Qué dirán mis amigos?" - "Pero ya soy bautizado, no necesito nada más."
El niño puede más fácilmente reconocer sus pecados y recibir al Señor. ¡Pero siempre necesita recibirlo!

Por el otro lado, tenemos que comprender que los niños también se dejan influenciar fácilmente. Por eso, los niños están dispuestos a hacer "decisiones" impulsivas que no son conversiones. Si un niño "acepta a Cristo" solamente por la influencia de un adulto, entonces no es una conversión verdadera. Hablaremos más abajo con más detalles acerca de este peligro.

Que un niño se convierta, es bueno.
El niño que se convierte, tendrá toda su vida para servir al Señor.

Al predicador inglés Charles Spurgeon le preguntó uno de sus amigos: "¿Cuántas personas se han entregado al Señor en tu último culto?" - "Dos y media", era la respuesta. El amigo le miró confundido, después dijo: "Ah, comprendo. ¿Quieres decir dos adultos y un niño?" - "No", respondió Spurgeon, "dos niños y un adulto. Los niños todavía tienen toda su vida por delante. Ellos entregaron su vida completa al Señor. Pero el adulto ya ha vivido la mitad de su vida sin el Señor. A él le quedaba solamente media vida para entregar."
El niño que se convierte, podrá hacer todas las decisiones importantes de su vida con la ayuda del Señor: quiénes serán sus amigos, qué carrera estudiar, qué creer y qué no creer, con quién casarse, etc. - Los adultos, en cambio, ya se acostumbraron tanto a un estilo de vida sin el Señor, que raras veces llegan a la madurez espiritual.

3. Porque los niños tienen promesas de Dios.

Consideraremos aquí solamente tres de las muchas promesas que la Biblia tiene para los niños:
"Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él." (Proverbios 22:6)
Un árbol pequeño se mueve fácilmente. Un niño es como un arbolito pequeño, que es todavía muy dócil y se deja mover y torcer hacia cualquier lado.Amarrado en un palo crece recto. O también se deja amarrar en un palo recto y crecerá recto. El árbol grande ya no se mueve.Un adulto, en cambio, es como un árbol grande que ya no se mueve. Si ha crecido torcido, ¡ninguna fuerza de este mundo podrá enderezarlo! Cuan importante es entonces enseñar a los niños la manera recta de vivir, para que "crezcan rectos". Cambiar la vida torcida de un adulto es mucho más difícil.

"Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños." (Hechos 2:16-17)
"Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos..." (Hechos 2:39)

Dios prometió derramar Su Espíritu especialmente sobre los niños. Esto empezó a cumplirse en el día de Pentecostés, y sigue cumpliéndose hasta nuestros días, porque desde entonces el Espíritu Santo está en la tierra y sigue haciendo Su obra. Pero es nuestra responsabilidad enseñar a los niños y ayudarles para que ellos puedan experimentar este poder del Espíritu Santo que les es prometido.
"Y vuestros niños, de los cuales dijisteis que servirían de botín, y vuestros hijos que no saben hoy lo bueno ni lo malo, ellos entrarán allá (a la Tierra Prometida), y a ellos la daré, y ellos la heredarán." (Deuteronomio 1:39)

Cuando el pueblo de Israel había llegado a la frontera de la Tierra Prometida, perdieron la fe de poder conquistarla por causa de los gigantes que vivían allí. Entonces murmuraron contra Dios y contra Moisés, y decidieron volver a Egipto. (Vea también Números 14:31). Como consecuencia, no pudieron entrar a la Tierra Prometida y tuvieron que caminar 40 años por el desierto. Pero Dios prometió dar a los niños la victoria que los adultos no habían alcanzado.
Aquí podemos entender, sin entrar mucho al significado profundo de esta promesa, que Dios promete a los niños que ellos pueden "sobrepasar" espiritualmente a los adultos. Con una confianza sencilla en el Señor, ellos pueden lograr "conquistas" espirituales que no son posibles para la mayoría de los adultos. Como adultos, con frecuencia nos acostumbramos a una manera demasiado sofisticada de pensar, y esto nos lleva a cuestionar a Dios y a dudar de Su poder.


4. Porque es la mejor estrategia.


- Si usted tuviera que escoger entre dos poblaciones para predicarles el Evangelio, una población dura y cerrada contra Dios y otra abierta y con mucho deseo de aprender, ¿cuál escogería?
Es claro que en la población más abierta podemos esperar mucho más fruto. Y además, de allí pueden salir futuros obreros que saldrán a las otras poblaciones para evangelizarlos, y el Evangelio avanzará mucho más rápidamente. ¿Por qué entonces la mayoría de las iglesias concentran sus esfuerzos misioneros en la población más cerrada, los adultos, y pasan por alto la población más abierta, que son los niños?

Cuadro estadístico
- Más de la mitad de los cristianos se convirtieron a Cristo antes de cumplir 12 años. (Otras fuentes dicen que el 85% recibieron a Cristo antes de los 14 años.) Entre los pastores y líderes actuales (¡aun en las iglesias tradicionales!), son entre 70 y 90% los que llegaron a Cristo mientras eran niños. Esto nos demuestra claramente dónde debemos concentrar nuestros esfuerzos. Si queremos que la próxima generación de cristianos sean fuertes, y que tengan buenos líderes, ¡entonces debemos enseñar a los niños de hoy!
Desafortunadamente, esto no es lo que sucede ...
Los niños son las personas más abiertas para el Evangelio,
pero a la vez los menos alcanzados con el Evangelio.
Una iglesia centrada en familias tiene aun mejores posibilidades de preparar a los niños para un futuro liderazgo espiritual: Los padres asumen su responsabilidad de evangelizar y discipular a sus propios hijos. Estos niños reciben diariamente el ejemplo de un buen liderazgo espiritual, de parte de sus propios padres. Así están siendo preparados para que más adelante, ellos mismos sean buenos padres. Y la buena paternidad a su vez es la mejor preparación para un liderazgo espiritual mayor.
¿Qué pueden hacer las iglesias para alcanzar a los niños con el evangelio?

Primeramente, toda la iglesia - y particularmente los líderes - deben ser convencidos de que el ministerio con niños es importante. Esto es más fácil en una iglesia centrada en familias, porque allí los líderes surgen naturalmente de las familias. En una tal iglesia, ¡no hay anciano que no haya primero educado a sus propios hijos en la palabra de Dios! Y una vez que es anciano, su tarea principial consiste en apoyar a otros padres para que hagan lo mismo.
En una iglesia tradicional, institucionalizada, es más difícil convencerlos de la importancia de los niños. Primeramente, estas iglesias separan a los niños en reuniones aparte. Por tanto, los padres no están conscientes de su responsabilidad de evangelizar a sus hijos y de educarlos en la palabra de Dios. Toda esta responsabilidad se pone sobre los hombros de unos obreros voluntarios (a menudo jóvenes solteros sin ninguna experiencia en la educación de hijos propios), quienes ven a los niños una sola vez por semana, y por tanto no pueden edificar una relación personal, significativa con ellos.
Además, estas iglesias tienen normalmente una organización e infraestructura bastante costosa, por lo cual dependen mucho de la contribución financiera de sus miembros. Pero los niños no contribuyen económicamente, entonces no son "interesantes" para los líderes de tales iglesias. Al mismo tiempo, en esta clase de iglesias, los miembros dependen fuertemente de sus líderes y raras veces emprenden alguna obra espiritual por iniciativa propia. (En algunas iglesias esto ni siquiera se les permite.) En consecuencia, los líderes no están motivados para evangelizar a los niños o para responder a sus necesidades espirituales. Y puesto que los líderes no lo hacen, los miembros tampoco lo hacen.
Según una encuesta en el Perú, las iglesias evangélicas invirtieron apenas 2 a 3% de su presupuesto en la obra con niños. En las zonas rurales, se estima que más de la mitad de las iglesias no realiza ningún esfuerzo para alcanzar a los niños. La mayoría de los "obreros de niños" (maestros y directores de Escuela Dominical) nunca fueron capacitados para su tarea.


Una vez que la iglesia entiende que el ministerio con niños es importante, debe ponerlo en práctica:
- Los padres tienen que cumplir con su primera responsabilidad: educar a sus hijos en la Palabra de Dios, evangelizarlos y discipularlos.
- Los ancianos necesitan entender que ellos son en primer lugar "padres de padres": Asesores y consejeros de los padres de familia, para ayudarles y enseñarles cómo dar una educación cristiana a sus hijos. Busque maneras de concientizar y asesorar mejor a los padres.
- En lo posible, los niños deben estar incluídos en las reuniones de la iglesia. En el caso ideal, éstas son reuniones de familias enteras, donde los niños participan juntos con sus padres.
- Algunas familias, según su llamado y sus capacidades particulares, pueden de diversas maneras abrir sus hogares para otros niños: atendiendo a niños de otras familias según la necesidad; llevando reuniones evangelísticas para niños o familias enteras del vecindario; adoptando a un niño huérfano; evangelizando a niños en la calle; o simplemente teniendo una "casa abierta" para que los niños del vecindario puedan visitarlos en cualquier momento que quieran. 
(En los tiempos actuales, las familias ya están tan debilitadas que muchos niños no tienen a ningún adulto con quien pueden hablar; no tienen a nadie quien se preocupe por ellos durante el día; y no tienen ningún lugar donde pueden jugar con otros niños, excepto en la calle donde se pelean más de lo que juegan. Muchos de estos niños podrán encontrar una "familia sustituta por horas", si las familias cristianas intactas abrieran sus hogares para ellos, en una de las maneras mencionadas. También podrán sentir la presencia de Dios en una familia cristiana.)